La Chispa de la Vida

Grande, pequeño, blanco o rojo intenso,incluso negro y amarillo, suave o rugoso, sorprendente o curioso, aterrador, sugerente, increible, ¡¡¡alucinanteee!!!. Todo está ahí, esperandonos.

La belleza está en los ojos más que en aquello que miras.

martes, 22 de febrero de 2011

lunes, 21 de febrero de 2011

lunes, 14 de febrero de 2011

martes, 8 de febrero de 2011

sábado, 5 de febrero de 2011

Padre, Papá, Papi. ( Del blog de Enrique Monasterio, Pensar por Libre)

Padre, Papá, Papi y...

Éstas son las cosas que uno recibe de vez en cuando por correo electrónico. Es una caricatura divertida. Espero que nadie se la tome en serio (Tengo algunos lectores que se me ponen solemnes enseguida)
Hasta hace cosa de un siglo, los hijos acataban el cuarto mandamiento como si no fuera dictamen de Dios sino reglamento de la Federación de Fútbol. Imperaban normas estrictas de educación: nadie se sentaba a la mesa antes que el padre; nadie hablaba sin permiso del padre; nadie se levantaba si el padre no se había levantado; nadie repetía almuerzo, porque el padre solía dar buena cuenta de las bandejas: por algo era el padre...
La madre ha constituido siempre el eje sentimental de la casa, pero el padre era la autoridad suprema. Cuando el padre miraba fijamente a la hija, esta abandonaba al novio, volvía a vestir falda larga y se metía de monja. A una orden suya, los hijos varones cortaban leña, alzaban bultos o se hacían matar en la guerra.
―Padre: ¿quiere usted que cargue las piedras en el carro y le dé de beber al buey?
Todo empezó a cambiar hace unas siete décadas, cuando el padre dejó de ser el padre y se convirtió en el papá. El mero sustantivo ya era una derrota. Padre es palabra sólida, rocosa; papá es apelativo para oso de felpa o perro faldero. Demasiada confiancita. Además ―segunda derrota― "papá" es una invitación al infame tuteo. Con el uso de "papá" el hijo se sintió autorizado para protestar, cosa que nunca había ocurrido cuando el padre era el padre:
―¡Pero, papá, Es el colmo que no me prestes el coche...!
A diferencia del padre, el papá era tolerante. Permitía al hijo que fumara en su presencia, en vez de arrancarle de una bofetada el cigarrillo, como hacía el padre en circunstancias parecidas. Los hijos empezaron a llevar amigos a casa y a organizar guateques y fiestas, mientras papá y mamá se desvelaban y comentaban:
―Bueno, tranquiliza saber que están tomándose unas copas en casa y no por ahí…, en cualquier parte.
El papá marcó un acercamiento generacional muy importante, algo que el padre desaconsejaba por completo. Los hijos empezaron a comer en el salón delante de la tele, mientras papá y mamá lo hacían solos en la mesa. Y a usar el teléfono sin permiso, y a sustraer billetes de la cartera de papá, y a usar sus mejores camisas. La hija, a salir con pretendientes sin carabina y a exigir al papá que no ponga mala cara al insoportable novio y que lo llame Tato en vez de "señor González".
Papá seguía siendo la autoridad de la casa, pero bastante maltrecha. Nada comparable a la figura de prócer del padre. Era, en fin, un tipo querido, de lavar y planchar, a quien acudir en busca de consejo o pasta.
Y entonces vino papi.
Papi es invento reciente, de los últimos 30 años. Descendiente menguado y raquítico de padre y de papá, ya ni siquiera se le consulta o se le solicita, sino que se le notifica.
―Papi, me llevo el auto, dame para gasolina...
A papi lo sacan de todo. Le ordenan que se vaya a cine con mami cuando los niños tienen fiesta y que entren en silencio por la puerta de atrás. Tiene prohibido preguntar a la nena quién es ese tipo despeinado que desayuna descalzo y en calzoncillos en la cocina.
A papi le quitan todo: la tarjeta de crédito, la ropa, el turno para ducharse, la afeitadora eléctrica, el ordenata, las llaves...
A papi se le riñe impunemente:
―¡Papi, no me vuelvas a llamar "chiquita" delante de Juanca...
Aquel respeto que inspiraba padre, con papá se transformó en confiancita y se ha vuelto franco abuso con papi:
―Oye, papi, ¡qué cara!: te me has bebido todo el whisky…
No sé qué seguirá de papi hacia abajo. Supongo que la esclavitud o el destierro. Yo estoy aterrado porque, después de haber sido nieto de padre, hijo de papá y papi de hijos, mis nietas han empezado a llamarme "bebé".

miércoles, 2 de febrero de 2011

La Cruz de los Jóvenes

Acerca de la Cruz de los Jóvenes (1984-2011)



Es conocida como la “Cruz del Año Santo”, la “Cruz del Jubileo”, la “Cruz de la JMJ”, la “Cruz peregrina”; muchos la llaman la “Cruz de los jóvenes”, porque ha sido entregada a los jóvenes para que la llevasen por todo el mundo, a todos los lugares y en todo tiempo. Ésta es su historia:
Era en 1984, Año Santo de la Redención, cuando el Papa Juan Pablo II decidió que tenía estar una cruz - como símbolo de la fe - cerca del altar mayor de la Basílica de San Pedro, donde todos pudiesen verla. Así fue instalada una gran cruz de madera, de una altura de 3,8 m, tal como él la deseaba.

Al final del Año Santo, después de cerrar la Puerta Santa, el Papa entregó esa misma cruz a la juventud del mundo, representada por los jóvenes del Centro Internacional Juvenil San Lorenzo en Roma. Éstas fueron sus palabras en aquella ocasión:
“Queridos jóvenes, al clausurar el Año Santo os confío el signo de este Año Jubilar: ¡la Cruz de Cristo! Llevadla por el mundo como signo del amor del Señor Jesús a la humanidad y anunciad a todos que sólo en Cristo muerto y resucitado hay salvación y redención” (Roma, 22 de abril de 1984).

Los jóvenes acogieron el deseo del Santo Padre. Se llevaron la cruz al Centro San Lorenzo, que se convertiría en su morada habitual durante los períodos en los que aquélla no estuviera peregrinando por el mundo.

La Cruz del Año Santo (así se denominaba en aquel entonces) hizo su primera peregrinación en el mes de julio de 1984, trasladándose a Munich, Alemania, para el Katholikentag (Jornada de los Católicos). Al ser una simple cruz de madera, al principio la gente no entendía que cosa tenía ésta de especial. Pero poco a poco se dio cuenta que la Cruz estaba ahí en misión por deseo del Santo Padre. En la celebración eucarística final en el estadio de la ciudad, con 120.000 personas presentes, la Cruz estaba cerca del altar, de tal modo que todos pudiesen verla.

Aquel año los jóvenes se llevaron la Cruz a Lourdes, Paray-le-Monial y a otras localidades de Francia, y después de nuevo a Alemania (septiembre). Al escuchar esta noticia, el Papa dijo: “La tienen que llevar también a Praga, al Cardenal Tomasek”. En aquella época, Checoslovaquia estaba aún detrás de la cortina de hierro y por eso la Cruz, llevada por los jóvenes, habría sido un símbolo de la comunión con el Santo Padre. Por eso la Cruz regresó a Alemania el 27 de diciembre.

En el mes de enero de 1985, en respuesta a la petición del Santo Padre, un grupo de jóvenes alemanes llevó la Cruz a Praga. El año 1985 había sido proclamado por la ONU Año Internacional de la Juventud; el Domingo de Ramos participaron más de 300.000 jóvenes al encuentro con el Santo Padre en la Plaza de San Pedro, y la Cruz estaba con ellos. Aquel año la Cruz fue llevada a diversos países de Europa: Italia, Francia, Luxemburgo, Irlanda, Escocia, Malta y Alemania; en cada uno de estos lugares la Cruz llevada en peregrinación, fue protagonista del Vía Crucis por las calles de las ciudades y participó en diversos encuentros juveniles. En el mes de diciembre de 1985 el Papa Juan Pablo II anunció que a partir del siguiente Domingo de Ramos tendría lugar cada año una Jornada Mundial de la Juventud.

En el año 1986, la Cruz estuvo presente en la celebración de la primera Jornada Mundial de la Juventud en la diócesis de Roma, que se realizó en la Basílica de San Juan en el Laterano el Domingo de Ramos. Para la Cruz fue un año rico en peregrinaciones y encuentros en Italia, Francia y Suiza.
( A PARTIR DE AQUÍ SIEMPRE ESTUVO PRESENTE EN TODAS LAS J.M.J.)


En el año 2002, la Cruz continuó su viaje por el Canadá, interrumpido por tres días en el mes de febrero, al ser llevada al Ground Zero, Nueva York, como signo de esperanza para el pueblo de los Estados Unidos, poco después de la tragedia del 11 de septiembre. A continuación, la Cruz regresó al Canadá. El 28 de abril un grupo de jóvenes de Ontario y del Quebec (llamados ‘portageurs’) partió con la Cruz desde la Catedral María Regina Mundi de Montreal, para llevarla a pie hasta Toronto, en una peregrinación que duraría 43 días: dondequiera que se detuviese durante este viaje, la Cruz atraía a muchísima gente, que venía a tocarla y a abrazarla, rezando fervorosamente.

Entre el 21 de marzo y el 5 de abril de 2003 la Cruz estuvo en Irlanda,. Al final de la Misa de Ramos, Juan Pablo II quiso regalar a los jóvenes una copia del icono de María Salus Populi Romani: “A la delegación que ha venido de Alemania le entrego hoy también el icono de María. De ahora en adelante, juntamente con la Cruz, este icono acompañará las Jornadas Mundiales de la Juventud. Será signo de la presencia materna de María junto a los jóvenes, llamados, como el apóstol san Juan, a acogerla en su vida.” Esta copia del icono, cuya versión original es custodiada en la basílica de María la Mayor en Roma, tuvo una figura destacada durante las celebraciones de la JMJ 2000 en Tor Vergata. Junto a la Cruz, estuvo peregrinando por diversos países europeos hasta llegar a Alemania para la XX Jornada Mundial de la Juventud, que tendría lugar en Colonia en 2005.


2008-2010 - La Cruz ha peregrinado por diferentes lugares como en Aquila (Italia) tras el terremoto que asoló la Región de los Abruzzos. Durante la celebración en la Plaza de San Pedro del domingo de Ramos en 2009, Benedicto XVI entregó la Cruz y el icono de la JMJ a los jóvenes madrileños, que peregrinaron hasta allí para la ocasión.

En la actualidad, la Cruz y el icono de la JMJ se encuentran peregrinando por las diócesis españolas.

Muchos son los testimonios de personas a las que les ha tocado profundamente el encuentro con la Cruz: en los últimos años, estos testimonios han sido aún más numerosos, o quizás han tenido una mayor difusión a través del Internet. Éstos se pueden encontrar en el Centro Internacional Juvenil San Lorenzo, morada habitual de la Cruz, pero también en las revistas y publicaciones dedicadas a las JMJ. Algunos se preguntan, cómo dos piezas de madera pueden tener tal efecto sobre la vida de una persona; sin embargo, dondequiera que vaya la Cruz, la gente pide que ésta pueda regresar. En esta Cruz se ve la presencia del amor de Dios. A través de esta Cruz, muchos jóvenes llegan a comprender mejor la Resurrección y algunos encuentran el valor de tomar decisiones respecto a su vida. Uno de los “portageurs” canadienses dijo: “Esta Cruz ha tenido un efecto increíble en todas las naciones que ha visitado. Pero durante la ceremonia en la que recibimos la Cruz de parte de los italianos me he dado cuenta con una claridad particular: ellos estaban extremamente conmovidos, lloraban porque les costaba separarse de ella. Nosotros, a nuestra vez, llorábamos de felicidad, porque sabíamos que íbamos a recibir un símbolo potente que dejaría una marca en nuestro país”.

Consejo Pontificio para los Laicos, hasta julio 2003 A partir del 2003 datos tomados de la página oficial de la JMJ.

El Icono de María junto a la Cruz de los Jóvenes

Al concluir la misa del Domingo de Ramos del año 2003, el Papa Juan Pablo II quiso regalar a los jóvenes una copia del icono de Santa María Salus Populi Romani que se custodia en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. Cuando se lo entregó les dijo: “De ahora en adelante, juntamente con la Cruz, este icono acompañará las Jornadas Mundiales de la Juventud. Será signo de la presencia materna de María junto a los jóvenes, llamados, como el apóstol san Juan, a acogerla en su vida.” (13 abril 2003).

El icono que regaló Juan Pablo II es una copia de un icono muy popular de Roma que se custodia en la basílica de María la Mayor en Roma denominado Salus Populi Romani, que significa Salvación del pueblo romano. El icono original es sin duda el icono de la Virgen María más importante de cuantos se conservan en Roma. Durante varios siglos estuvo colocado sobre la puerta del baptisterio de la Basílica de Santa María la Mayor. En 1613 se llevó al altar de la Capilla Paulina construida en dicha basílica. El icono tenía fama de milagroso y, por ello, fue sacado en procesión en varias situaciones de gran necesidad. En una ocasión se le atribuye el milagro de acabar con una plaga en Roma.

Mide 117 x 79 centímetros, un tamaño elevado para ser un icono. Desde el comienzo de su pontificado el Santo Padre Juan Pablo II quiso que una lámpara estuviera encendida de día y de noche bajo el icono de María, Salus Populi Romani, como testimonio de su gran devoción.


Breve descripción

La Virgen usa una capa azul marino ajustada sobre una túnica púrpura. Unas letras en griego la identifican a la “Madre del Dios”. Su hijo, está sosteniendo un libro en la mano izquierda, probablemente los evangelios. Su mano derecha se levanta en actitud de bendecir, pero es María, no él, el que mira directamente hacia el espectador y le interpela.